Soy un escéptico fascinado por los misterios y la arqueología. A menudo me encuentro con relatos que parecen desafiar la historia convencional, pero muchos de estos relatos se basan en interpretaciones sesgadas y pruebas dudosas. Un ejemplo perfecto es el caso de la imagen de Nampa, una pequeña figurilla de arcilla que algunos presentan como evidencia de una civilización humana de hace millones de años.
El supuesto hallazgo
Según el relato popularizado por Michael
Cremo en su columna “Arqueología Prohibida” de la revista Atlantis Rising
(julio/agosto de 2007), la figurilla fue descubierta en 1889 en Nampa, Idaho,
durante la perforación de un pozo de agua. Se dice que apareció a más de 300
pies de profundidad, dentro de un estrato geológico del Plioceno-Pleistoceno.
Cremo sugiere que esto demostraría la existencia de una cultura humana avanzada
hace unos 2 millones de años.
Sin embargo, la historia tiene varias
contradicciones. Cremo menciona que la figurilla fue extraída por una bomba de
arena, pero en otro momento sugiere que fue encontrada en una muestra de
núcleo. Esta diferencia es clave: en una muestra de núcleo, la figura podría
haber permanecido intacta, pero en una bomba de arena, las partículas en
movimiento habrían pulverizado una figurilla de arcilla tan frágil.
Críticas y desmentidos
Desde el siglo XIX, expertos han señalado
que la historia carece de sustento. Algunos de los argumentos en contra
incluyen:
1. Fragilidad de la figurilla: La figurilla
habría sido destruida por el proceso de perforación y bombeo de arena.
2. Orígenes indígenas: La imagen de Nampa
es muy similar a pequeñas figuras de arcilla fabricadas por los nativos
americanos Pocatello en el siglo XIX.
3. Falta de pruebas geológicas: No hay
evidencia de que el estrato donde supuestamente se encontró la figura haya sido
alterado para contener un objeto moderno.
El geólogo J.W. Powell investigó el caso en
1893 y concluyó que la figurilla era un simple juguete indígena. En Popular
Science Monthly escribió:
> “Durante mi estancia en Boise, me
mostraron la figurilla con la historia de que fue extraída de un pozo artesiano
a gran profundidad. Sin embargo, había visto a los niños indígenas jugar con
figuras similares y no tuve dudas de que era un juguete reciente.”
Otro testimonio clave proviene del
antropólogo Daniel G. Brinton (1892), quien escribió en Science:
> “Es triste destruir ilusiones, pero
cuando la figurilla fue mostrada a un conocido geólogo del gobierno, este la
reconoció de inmediato como un juguete indígena. La persona que la exhibió
respondió con franqueza: ‘Bueno, ahora no me delaten’”.
Incluso el informe de F.F. Jewett (1890),
citado por Cremo, presenta un análisis superficial de la arcilla, sin pruebas
concretas de su antigüedad.
Conclusión: Un fraude más en la historia de
la arqueología
El caso de la imagen de Nampa es solo uno
de los muchos engaños o interpretaciones erróneas en la arqueología. Fue
presentada en una época en la que los fraudes eran comunes (como el Gigante de
Cardiff), y las personas buscaban notoriedad con descubrimientos asombrosos.
A pesar de las evidencias en contra, Cremo
y otros pseudoarqueólogos siguen usando este caso para justificar teorías de la
"arqueología prohibida". Sin embargo, una revisión objetiva demuestra
que no hay misterio: la figurilla de Nampa es simplemente un juguete indígena
mal interpretado o, más probablemente, un engaño intencional.
Referencias y enlaces
Brinton, D.G. (1892). El hombre y el
período glacial, reseña de un libro. Science, 20(508), 249.
Cremo, Michael (2007). El misterio de la
imagen de Nampa. Atlantis Rising, núm. 64, julio/agosto.
Jewett, F.F. (1890). Informe para las Actas
de la Sociedad de Historia Natural de Boston, vol. 24, 448.
Powell, J.W. (1893). ¿Existen evidencias de
la presencia del hombre en las gravas glaciales? Popular Science Monthly, vol.
XLIII, 324.
Investigacion grupo UIFA
Ing.Adolfo Gandin Ocampo
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