martes, 18 de marzo de 2025

 

UN DESPERTAR DE CONCIENCIA QUE NO SE DIO

Muchos de los contactados aseguran que los visitantes que los contactaron, les hablaron de que la humanidad debía cambiar y que su misión era divulgar que era necesario este cambio o despertar de la conciencia, ya que estábamos acabando con el planeta.

Uno de los primeros contactados que se tiene registro es el historiador y politólogo Michael Salla quien afirma que el expresidente de E.U. Dwight Eisenhower mantuvo contacto con estos seres, los cuales le dijeron que tenía que parar con las pruebas y el desarrollo atómico, ya que podría acabar con el planeta, además que cada detonación perturbaba la estructura espacio - tiempo y la vida de otras civilizaciones no terrestres.

Posteriormente se dieron muchos otros contactos con diferentes personas a las cuales se les pedía difundieran el mensaje de que había que despertar la conciencia y darnos cuenta de lo que estaba pasando con la Tierra y los seres que en ella habitan y todo a consecuencia de la actividad irracional humana.

Una de las primeras contactadas de esta zona de Madero, Tampico y Altamira en Tamaulipas, México fue la señora Matilde Ariceaga de Fernández en 1951.



Otro contactado que llegó a vivir a Tampico en la década de los 80s fue el ingeniero Alberto Zecua, a quien los seres del espacio —como él los llamaba— y que, según decía, provenían de la galaxia de Andrómeda, le dijeron que debía venir a esta ciudad para impartir ciertos conocimientos que le fueron transmitidos por estos seres. A esta información él la llamaba Psicotrónica, y estaba destinada a ser difundida para iniciar un despertar de conciencia en la humanidad.

 

El ingeniero Zecua afirmaba que estos seres tenían una base submarina a 40 kilómetros de la costa y a 150 metros de profundidad, frente a las playas de Miramar en Ciudad Madero, Tamaulipas.

 

Muchos investigadores y contactados afirman que estos seres no pueden intervenir directamente, ya que violarían la ley del libre albedrío de la humanidad. Si intervinieran, sería como intentar ayudar a una oruga en su proceso de metamorfosis para convertirse en mariposa: al ayudarla a salir del capullo, la mariposa no desarrollaría la fuerza en sus alas y moriría irremediablemente. Lo mismo ocurriría con la humanidad si ellos intervinieran para ayudarnos.




Según los mayas, la cuenta larga del tiempo terminó en el solsticio de invierno del año 2012, específicamente el 21 de diciembre de ese año. Para los aztecas, esa fecha marcaba el fin de la quinta humanidad o el fin del quinto sol. En ese momento, la humanidad debía ascender a un nuevo estado de conciencia, a una nueva humanidad, un despertar de conciencia. Sin embargo, como vemos, esto no se efectuó y seguimos atrapados en una conciencia cerrada, hundida en el materialismo físico.

 

La ciencia predijo que la contaminación del planeta estaba en aumento y que alcanzaría un estado crítico en el año 2021, conocido como el Punto de no retorno.

 

¿Por qué Punto de no retorno?

Se le llama así porque, hasta ese momento, aún era posible revertir el daño al planeta. Sin embargo, después de ese punto, si no se tomaban medidas, sería casi imposible revertir los efectos del cambio climático, especialmente el aumento de temperatura provocado por el calentamiento global debido a la inercia térmica. Incluso si en el punto de no retorno hubiéramos dejado de calentar el planeta, esta inercia habría tardado unos 50 años en revertirse. Al no haber actuado a tiempo, ya estamos en camino hacia una extinción total de la vida en el planeta.

 

Se predice que para el año 2040 el agua dulce casi se agotará y que, antes del año 2100, toda la vida en el planeta se extinguirá, dejando a la Tierra como una roca estéril, similar a Mercurio, la Luna o Marte.

 

Por esto, ya en 2019, la guía espiritual Nube de María lo vaticinaba (ver video (https://www.facebook.com/watch/?v=233549751130869)): que el año 2020 sería un año de reestructuración del planeta y que ocurriría todo lo que finalmente pasó.

 

Nube de María señaló que 20 + 20 suman 40, y que el número cuarenta simboliza una cuarentena que el planeta necesitaba. Durante este periodo, habría muchas pérdidas humanas, lo que nos obligaría a reflexionar y valorar nuestra situación en el planeta. Sería una oportunidad para darnos cuenta de todo el daño que hemos causado y una ocasión para cambiar, despertar la conciencia, detener la destrucción planetaria y valorar todo lo que tenemos: nuestros familiares, amigos, animales, plantas y el medio ambiente.




Vimos como con la humanidad encerrada la contaminación se revirtió se limpiaron los mares, ríos, lagunas y muchos de los animales que ya no se veían se volvieron a ver, tanto en tierra como en las aguas, el aire se limpió y vimos todo eso y añorábamos salir y disfrutar de esto y de la compañía de otras personas y de todo lo prohibido.

Pero llego el Punto de No Retorno el año 2021 (hasta perecería que 2021 su numeración 21 es 12 al revés 2012 una nueva oportunidad que hemos dejado ir) y empezamos a salir y vimos como todo el medio estaba mejor sin nosotros la humanidad y empezamos a disfrutar nuevamente con reservas, 2022 ya nos estábamos acostumbrando nuevamente a sociabilizar con la gente y con el medio y el 2023 parece que a la humanidad se le olvido el 2020 y volvió a sus costumbres del 2019 y nuevamente el planeta se contamino y ahora más, no funciono la lección del 2020 por lo que ahora 2025 estamos padeciendo nuestra irresponsabilidad.

El despertar de conciencia de la humanidad no se dio ahora solo nos queda esperar nuestra propia extinción con la responsabilidad de que también habremos extinguido toda la vida del planeta, solo tendremos la ventaja de que ya no habrá nadie quien nos reclame.

POR ING. MANUEL VALERIO LOPEZ


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